viernes, 7 de septiembre de 2012

Marxismo.




La ideología o filosofía Marxista surge a partir de una situación Histórica sin precedentes, A partir de la revolución industrial y el auge del capitalismo como sistema económico y social.


Marx retoma las ideas de Hegel (dialéctica del amo y el esclavo) y el materialismo de Faurebach, surgiendo el llamado materialismo histórico, en el cual las ideas surgen a partir de la praxis, es decir, el trabajo de los hombres determina el devenir histórico.


En la actual situación económica y social en la que el neoliberalismo despiadado, la globalización que en ninguna forma representa la unión de la humanidad, sino la disgregación, la pérdida de identidad, segregación, empobrecimiento de muchos a costa del enriquecimiento de pocos, surge en un primer momento la necesidad de observar, analizar y reflexionar acerca de la humanidad y lo que hacemos en ella.


La educación, pensada desde el marxismo, es una pieza fundamental de la sociedad pues, es a partir de ella que los hombres y mujeres, logran tener conciencia de clase. Solo siendo conscientes de la realidad somos capaces de actuar. Lo cual no quiere decir que se busque formar parte de la clase que detenta el poder sino, desde la clase social a la que se pertenece y, en forma organizada, se busquen beneficios para la colectividad y no para algunos solamente.


En las circunstancias especificas que vive nuestro país. La educación ha dejado de ser instrumento de movilidad social, tal vez también ha dejado de ser un lugar privilegiado para las humanidades y el desarrollo del pensamiento crítico. Parece que su función es producir mano de obra calificada para la producción que beneficia a las pocas, pero poderosas y omnipresentes empresas trasnacionales.


La escuela, es un lugar en el que, de acuerdo a las teorías derivadas del pensamiento marxista, reproducen y perpetúan las desigualdades sociales; Si somos capaces de analizar la manera en que los estudiantes se relacionan entre sí, con los educadores, con la institución escolar, la comunidad inmediata y con la realidad global. Podemos identificar que hay en nuestras formas cotidianas de educación, que están en contra de nosotros mismos y nuestro crecimiento en colectividad, asi como las formas que hacen posible el verdadero desarrollo humano.


Es necesario que en todos los niveles se practique el análisis, a la crítica, la participación de todos en la construcción de las condiciones que nos lleven a estar cada vez mejor, pero no desde la individualidad, sino desde lo colectivo. En el contexto que nos ha tocado vivir, en este momento de la historia que ciertamente es complejo y con frecuencia se presenta desesperanzador, me parece que no hay por qué renunciar a la idea de hombre feliz, autónomo y responsable de su destino.